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sábado, julho 27, 2013

Abortistas profanam a Catedral de Santiago de Chile em plena Missa

Altar profanado

Eis mais um bom exemplo da tolerância e da disposição para o diálogo dos defensores do aborto.

Conforme noticiado pela Agencia Informativa Catolica Argentina (AICA), a Catedral de Santiago de Chile foi profanada no dia 25 de julho passado, data da comemoração de seu santo patrono, São Tiago Apóstolo, por centenas de abortistas que faziam uma manifestação naquela cidade. 

Quando houve a invasão da catedral, o arcebispo D. Ricardo Ezzatti, celebrava a Eucaristia com vários fiéis. Confessionários foram destruídos. Altares e imagens sacras foram pichados (como pode ser visto na imagem acima). Palavras de ordem blasfemas foram proferidas dentro da Catedral pela turba abortista. 

Diante do ocorrido, D. Ricardo Ezzatti publicou uma carta, que deverá ser lida em todas as paróquias de sua diocese, na qual ele relata o ocorrido e convoca os fiéis a participarem de um Ato de Desagravo que acontecerá no dia 31 de julho, quando a catedral será reaberta. A íntegra da carta segue abaixo.

É bom que fique claro que isto não é um caso isolado. Conforme já relatado aqui no blog, abortistas já vandalizaram uma entidade de apoio a mulheres grávidas na Espanha. Há relatos de grupos de mesma orientação também causando perturbação e tentando entrar em outras igrejas, como pode ser visto no blog Deus lo Vult!, de Jorge Ferraz. Ou seja, os incidentes vão se acumulando e as autoridades não fazem o necessário para coibir este tipo de atitude. Este filme já foi visto em épocas diferentes e seu resultado final nunca foi bom.

Por fim, é bom que se diga que tal tipo de coisa é emblemático dos métodos dos abortistas, que à falta de argumentos que sustentem sua causa, recorrem à violência e à intolerância contra os que lhe são contrários. Não há surpresa nisto, pois para quem é covarde com nascituros não deve ser difícil portar-se da mesma forma com tudo mais.


***



Texto de la carta del arzobispo 


Hermanos y hermanas en el Señor, 

Les escribo antes que termine el día de la festividad de Santiago Apóstol, Patrono de nuestra Arquidiócesis y de la ciudad de Santiago. Lo hago con dolor y al mismo tiempo con serenidad y el corazón en paz. 

Esta tarde la hermosa celebración eucarística de la Catedral Metropolitana, ha sido violentamente perturbada por un grupo de anárquicos que irrumpieron en el templo gritando consignas contra la vida y a favor del aborto. Por más de veinte minutos intentaron interrumpir la celebración, la que, a pesar de todo, gracias a la entereza de los fieles pudo llegar hasta el final. 

La intolerancia de los fanáticos y su violenta irracionalidad ha sido una grave ofensa a Dios y a toda la comunidad de los creyentes en Cristo, ha dejado huellas dolorosas en agresiones y maltrato a varias personas y en la destrucción y daño al patrimonio artístico religioso del principal templo del país. Frente a lo ocurrido: 

  • Invito a todos los fieles católicos a invocar humildemente el perdón de Dios por las ofensas de esos fanáticos. Una vez más, la violencia es la razón de quienes no saben usar la razón. Con Jesús en la Cruz pedimos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
  • Recuerdo que impedir la celebración de la Santa Misa y profanar un lugar sagrado son hechos que revisten una especial gravedad, por la intolerancia que suponen y por el agravio a la libertad religiosa y de culto. Esta garantía, derecho fundamental de toda persona humana, está reconocida tanto en nuestra Constitución Política como en todos los instrumentos internacionales ratificados por nuestro país.
  • Como un acto de reparación y para tomar conciencia de lo ocurrido el Templo Catedral permanecerá cerrado desde esta noche y hasta el miércoles 31 de julio. A las 12:30 horas de ese día tendrá lugar una celebración de desagravio, a la cual convoco a todos los feligreses de la Iglesia de Santiago.
  • Decreto que en las celebraciones eucarísticas de este sábado y domingo, en cada comunidad se ore por la Iglesia, por la cordura y la paz de todos los chilenos y, de manera especial, para que se destierre de entre nosotros toda intolerancia, odio y violencia.
  • Finalmente, no puedo callar mi desconcierto y desazón frente a quienes tienen la grave responsabilidad y obligación de garantizar la libertad y la seguridad de todas las personas. La Catedral Metropolitana es un lugar abierto al público, declarado Monumento Nacional, donde cada día acuden centenares de ciudadanos, que en estos últimos tiempos se han visto amenazados por la instalación de bombas y por otras agresiones
Esperamos a futuro gozar del resguardo preventivo al cual tenemos derecho. 

Con la bendición del Señor, los saludo con afecto fraterno y les deseo días de paz y prosperidad. 

Su Padre y Obispo, + Ricardo Ezzatti Andrello


Esta é a tolerância dos abortistas


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